viernes, 7 de noviembre de 2014

"El BAII es una alternativa a los organismos financieros"

El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) ha sido anunciado oficialmente. Fue fundado por la iniciativa de China y lo integran todos los países de Asia y los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.  Resumen del Sur, dialogó  Marcelo Ramírez,  analista internacional e integrante de la Asociación para el Desarrollo de las Relaciones Sur-Sur, sobre la fundación del BAII y los alcances del mismo en el continente asiático.



Ramírez, aseguró que “el BAII es una variante a los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial.  Es una alternativa al Banco de Desarrollo asiático, controlado por Estados Unidos y Japón”.

El analista, apuntó que este nueva estructura financiera de Asia, “está pensada para fortalecer un infraestructura asiática poco desarrollada, por ejemplo, para potenciar la construcción de la ruta de la seda, un mega proyecto geoeconómico chino de primer orden que conecta a Pekín geoeconómicamente con Berlín y Moscú”.

Consultado sobre una posible articulación con América Latina, Marcelo Ramírez, dijo que “en algún momento podrá ayudar a empresas asiáticas que estén interesadas en America Latina”. No obstante, aclaró que “correspondería es que América Latina ponga en funcionamiento el Banco del Sur”.

Respecto al rol de China, el integrante de ADRESS, aseveró: “Estamos en proceso de multimonetariedad. China firmo muchos convenios binacionales con el Yuan como moneda de intercambio, reemplazando el dólar, como el convenio con Rusia por el gas de más  400 mil millones de dólares a 30 años. Esto demuestra que el yuan se vuelve alternativa”.


Sobre los países de Asia que no son parte del BAII, el periodista explicó que  “Japón, Corea del Sur y Australia” no son parte del BAII por su relación de subordinación con Estados Unidos. Indonesia, llamativamente tampoco forma parte, pero es muy probable que en el mediano plazo se termine incorporando”.

La creación del BAII contará un capital de 50.000 millones de dólares fue apoyada por 21 países. Entre ellos destacan la India, Mongolia, Uzbekistán, Kazajistán, Sri Lanka, Pakistán, Nepal, Bangladés, Omán, Kuwait, Catar y todos los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, excepto Indonesia. 


 El nuevo banco, que se impone como metas el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones, energía y transporte en la región asiática, se centrará inicialmente en construir "una nueva ruta de la seda", iniciativa del presidente chino Xi Jinping para abrir nuevas rutas comerciales a Europa. Los proyectos incluyen también una conexión ferroviaria directa entre Pekín y Bagdad.

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